Si tuviera que detacar dos virtudes necesarias para el ejercicio de la política diría que son la constancia y la coherencia. La constancia como reflejo de la paciencia necesaria para mantener la fe cuando las cosas andan mal, para soportar los insultos con los que nos adornan los fanáticos, también para ser capaz de perdonar y para saber que el tiempo acostumbra a poner en su lugar a cada uno.
En cuanto a la coherencia la destaco por su valor para lograr el respeto tanto dentro de la política como fuera de ella. El no cambiar de discurso sólo con tal de lograr beneficios personales o con tal de justificar tus enrevesadas posiciones o para evitar pedir disculpas.
Frente a ello, mejor mantener unas posiciones que partan desde la reflexión, hacerlo desde la tolerancia y la educación y ser capaz de tragarse el orgullo cuando uno se equivoca son fundamentales para el desarrollo de la actividad política.
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1 comentario:
Mantener la constancia es complicado, pero la coherencia en política todavía más. A veces supone exponerse a cosas que no son nada agradables a nivel personal, el hecho de mantenerse y actuar en consecuencia con lo que uno cree.
Saludos desde Valencia y ya de paso, ¡feliz navidad!
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